
Cambiar las luces del coche es una de las modificaciones más habituales entre los conductores, ya sea para mejorar la visibilidad, aumentar la seguridad o actualizar el aspecto del vehículo. Sin embargo, no todos los cambios son legales ni se pueden hacer sin más. En España, la normativa sobre alumbrado es clara y su incumplimiento puede provocar sanciones o un resultado desfavorable en la ITV. En este artículo te explicamos cómo cambiar las luces del coche cumpliendo la normativa vigente, qué está permitido y qué debes tener en cuenta antes de realizar cualquier modificación.
Las luces del coche cumplen una doble función esencial: permitir ver la carretera en condiciones de baja visibilidad y garantizar que el vehículo sea visto por el resto de usuarios. Una iluminación incorrecta puede provocar deslumbramientos, reducir la capacidad de reacción y aumentar el riesgo de accidente.
Cuando se cambian las luces del coche, no basta con que “alumbren más” o tengan un aspecto más moderno. Deben ser compatibles con el faro, estar homologadas y cumplir con los requisitos técnicos exigidos en España.
Esto significa que cada sistema de iluminación está diseñado para trabajar con un tipo concreto de bombilla y unas características determinadas de intensidad, dispersión y color de la luz. Instalar una bombilla que no corresponde con la óptica del faro puede provocar una iluminación deficiente o alterar el haz de luz previsto por el fabricante.
Además, la normativa española exige que todas las luces cuenten con marcado de homologación y, en determinados casos, con documentación que acredite su legalidad. Ignorar estos aspectos no solo supone un riesgo para la seguridad vial, sino que también puede derivar en sanciones económicas y en un resultado desfavorable en la ITV.
A la hora de cambiar las luces del coche, uno de los puntos clave es la tecnología utilizada, ya que no todas las opciones ofrecen el mismo rendimiento ni están sujetas a las mismas exigencias legales. Elegir correctamente el tipo de iluminación no solo influye en la visibilidad y la seguridad, sino también en la facilidad para cumplir la normativa y superar la ITV sin incidencias.
Además, cada tecnología implica unas condiciones concretas de instalación, mantenimiento y homologación, por lo que conviene conocer sus diferencias antes de realizar cualquier cambio en el sistema de alumbrado.
Son las más tradicionales y económicas. Tienen menor alcance y vida útil, pero están ampliamente aceptadas y no plantean problemas legales si se sustituyen por otras equivalentes.
Desde el punto de vista normativo, cambiar unas luces halógenas por otras halógenas del mismo tipo no se considera una reforma, siempre que se respeten las especificaciones originales del vehículo. Esto las convierte en la opción más sencilla para quienes buscan una sustitución rápida sin trámites adicionales.
Ofrecen mayor intensidad lumínica y durabilidad. Los vehículos que montan xenón deben llevar sistema de lavafaros y regulación automática de altura. Sustituir halógenas por xenón implica reforma y homologación.
Instalar luces de xenón sin que el vehículo esté preparado de origen supone una modificación del sistema de alumbrado, por lo que es obligatorio legalizar el cambio. Además, no cumplir con los requisitos técnicos puede provocar deslumbramientos y es motivo habitual de rechazo en la ITV.
Son las más demandadas actualmente por su eficiencia, alcance y tono de luz. Aquí es donde surgen más dudas al cambiar las luces del coche, ya que no se pueden instalar bombillas LED en cualquier faro. El faro debe estar homologado para LED y la bombilla debe contar con certificado de recambio equivalente conforme a la normativa vigente. No se deben superar los 2.000 lúmenes o, si se superan, el vehículo cuente con lavafaros y regulación automática de altura.
Aunque la normativa se ha flexibilizado en los últimos años, no todas las bombillas LED disponibles en el mercado son legales para su uso en carretera. Instalar luces LED no homologadas o que superen los límites de intensidad establecidos puede conllevar sanciones y problemas en la ITV, por lo que es fundamental comprobar su legalidad antes de realizar el cambio.

Depende del tipo de cambio que se haga. No se considera reforma, por ejemplo:
Sí se considera reforma:
En estos casos será necesario legalizar la modificación para poder pasar la ITV.
Si el cambio se considera reforma, normalmente necesitarás:
En la mayoría de los casos no es necesario proyecto técnico, siempre que la modificación respete los límites de número, intensidad y ubicación establecidos por la normativa vigente.
Estos fallos suelen detectarse en la ITV y obligan a desmontar la instalación o legalizarla posteriormente. Algunos de los errores más frecuentes son:
En resumen, cambiar las luces del coche es una mejora interesante en términos de seguridad y confort, pero debe hacerse siempre respetando la normativa. Antes de realizar cualquier modificación, conviene informarse bien, comprobar la homologación de los componentes y asegurarse de que el cambio no supondrá problemas en la ITV. Elegir correctamente las luces, instalarlas conforme a la normativa y conservar la documentación es la mejor forma de disfrutar de una iluminación más eficiente sin riesgos legales ni sanciones.