La conducción preventiva resulta interesante para evitar accidentes. Está muy relacionada con la conducción eficiente, ya que ahorra combustible y te mantiene siempre alerta al volante. Gracias a este enfoque, estarás en posición de actuar a tiempo ante cualquier eventualidad en la carretera. Eso sí, tienes que saber cómo aprovecharla al máximo y la forma adecuada de ponerla en práctica. De este modo, aumentarás tu seguridad en carretera y la del resto de conductores.
Se trata de un enfoque de la conducción basado en evitar accidentes y situaciones peligrosas en la carretera. Implica tomar las medidas adecuadas para prevenir diferentes situaciones. Una de las más importantes reside en mantenerse alerta y atento antes las cambiantes condiciones del tráfico. No solo hay que tener en cuenta al resto de conductores, el tiempo atmosférico o el estado del firme cuentan.
Por tanto, es indispensable que seas capaz de adaptarte con rapidez a las situaciones que ocurren en carretera. Así, dispones de un margen de tiempo que te permitirá actuar de manera adecuada. Por ejemplo, ante un accidente repentino, podrás frenar antes de que se produzcan choques bruscos contra otro vehículo.
Otro aspecto importante de este tipo de conducción sin riesgos es el respeto de las normas de circulación y los límites de velocidad. Tienes que señalizar de manera adecuada las acciones que vayas a tomar. Esto permite que el resto de los conductores puedan actuar en consecuencia y a tiempo.
A la hora de poner en práctica este tipo de principios básicos de la conducción preventiva, existen una serie de consejos fundamentales.
La concentración es fundamental para una buena prevención, lo que implica evitar las distracciones al máximo. Por ejemplo, no debes responder al teléfono móvil, salvo que lo tengas en manos libres; procura no comer ni beber. Apartar la mirada del firme no es una opción. Además, los retrovisores serán un aliado para evitar situaciones complicadas, ya que aumentan tu visión lateral.
Los espejos tienen que ajustarse para reducir los ángulos muertos, lo que aumenta tu visibilidad. Cuanto menor sea la zona de carrocería que ves, mayor campo de visión tendrás. Debes comprobar que solo ves el final de tu vehículo al fondo, algo que te sirve a modo de referencia espacial para calcular distancias con otros coches.
La distancia de seguridad te da margen suficiente para maniobrar ante un imprevisto. La DGT indica que tiene que ser de tres segundos entre los vehículos, que es lo que se tarda en realizar un frenado de emergencia. Esto se traduce en unos 100 metros de distancia. Sin embargo, esta indicación varía en función de la vía y las condiciones atmosféricas.
Por ejemplo, si circulas a 120 kilómetros hora con la carretera mojada, la distancia de seguridad es de 288 metros, mientras que en seco es de 144 metros. Asimismo, es importante que vigiles la separación en la parte delantera al ser la que afecta a tus opciones de capacidad de reacción.
La disciplina de carril consiste en mantener el vehículo en una posición adecuada en la carretera. Tienes que evitar cambios bruscos o sin señalizar. A la hora de efectuar un adelantamiento, debes indicarlo con los intermitentes para que el coche de atrás y el de delante conozcan tus intenciones. El objetivo que se persigue es el de fomentar una conducción fluida para todos los usuarios.
Hay muchas fuentes de sobresaltos en la carretera, pero pocas son tan importantes como tu vehículo. Revisar periódicamente sus diferentes componentes, como el motor o la caja de cambios, te ahorrará más de un susto. El coche estará en perfectas condiciones, lo que reduce las probabilidades de fallos. Asimismo, procura cuidar por encima de todo el estado de los neumáticos.
Ten en cuenta que los neumáticos son el único punto de contacto del coche con el asfalto. Si están degradados o el dibujo está desgastado, no dispondrás de suficiente adherencia. Es decir, tu capacidad de frenada disminuirá, al igual que la de reacción.
Conocer el estado de la carretera dota al conductor preventivo de información vital. Un cambio en las condiciones atmosféricas no te cogerá con la guardia baja. Podrás anticiparte si sabes que va a llover a partir de una hora determinada. Así, no confías en tu intuición, que puede estar muy equivocada. Aunque haga un sol espléndido, nada impide que se dé una lluvia repentina.
En definitiva, la conducción preventiva consiste en incorporar una serie de técnicas y recomendaciones a tu forma habitual de conducir. Gracias a ellas, aumentas tu seguridad en carretera y la del resto de conductores. Mantienes la concentración y la alerta ante las diferentes situaciones que puedan surgir, algunas de las cuales requerirán toda tu atención.