¿Sabes cuál es la diferencia entre autopista y autovía? Las dos son carreteras que tienen más de un carril en cada sentido y están diseñadas para circular rápido, pero, ¿realmente conoces todos sus matices?
En España existen 1435 km destinados a autopistas de peaje y 10 656 km de autovías y carreteras de varios carriles gratuitas. Actualmente, el Gobierno de España tiene en mente un proyecto, que cristalizará en 2024, para cobrar una determinada tasa por el uso de la red nacional de carreteras.
Primero, ¿qué es una autopista? Podemos definir una autopista como una carretera de cuatro o más carriles, cuyos sentidos de circulación están separados por una mediana situada en el centro. Pensada para circular a velocidades elevadas, el control de sus accesos es total y están debidamente señalizadas gracias a las marcas viales de tráfico.
Por otra parte, una autovía es también una carretera de gran tamaño y capacidad, pero que difiere en algunas características con la anterior. Fueron ideadas en origen para hacer posible la conversión de las carreteras nacionales radiales con una simple duplicación de sus calzadas.
En las autovías no pagamos ninguna tasa de circulación, son gratuitas y de gestión pública. El organismo encargado de la gestión de este tipo de vía es el Estado o las respectivas Comunidades Autónomas. Por lo tanto, el mantenimiento y gasto de las autovías será una cuestión que afecte directamente a las administraciones públicas.
Sin embargo, las autopistas presentan una gestión diferente, mediante concesión privada. El mantenimiento de la carretera le compete a la concesión privada que necesitará del dinero de los usuarios que circulan por la vía. Los conductores, por lo tanto, deberán pagar un peaje, cuya tasa vendrá definida por la empresa que gestiona la carretera. No todas las autopistas tienen peaje, hay empresas que permiten el acceso libre.
Otro modo de financiación es que las constructoras financien inicialmente la construcción de la carretera y la puesta en marcha de toda la infraestructura lineal. Es el llamado peaje en sombra que consiste en que la obra sea promovida por el Estado o por la Comunidad Autónoma. En este caso, el Gobierno pacta un canon con la concesionaria.
En las autovías se permite la circulación de ciclistas siempre que cuenten con un rango de edad superior a los 14 años. Además, tienen que circular por el arcén y las zonas que están designadas para este fin. Esto no quiere decir que podamos circular libremente por todas las autovías de España, ya que algunas lo tienen terminantemente prohibido y, por supuesto, vendrá señalizado oportunamente. Sin embargo, en las autopistas no se permite nunca la entrada a ciclistas.
Aunque ambos tipos de vías tienen carriles de aceleración o acceso definidos y construidos para permitir que los coches se incorporen sin riesgos, los de las autovías son más cortos que los de las autopistas. Además, las segundas tienen un control exhaustivo para el acceso de vehículos a la carretera, mientras que las autovías no. Además, existen diferentes tipos de carriles especiales pensados para situaciones excepcionales.
Son carreteras de carácter secundario y paralelas a las calzadas. En la carretera, podemos encontrar distintas vías de servicio conectadas a la vía principal. Su función es ayudar al usuario a incorporarse a la carretera cuando viene de áreas colindantes.
La autopista siempre debe tener, al menos, una vía de servicio; sin embargo, no es obligatorio en el caso de las autovías.
Una autovía puede atravesar un núcleo urbano, aunque la zona debe contar con la señalización oportuna, de reducción de la velocidad, para evitar riesgos de accidentes.
Sin embargo, las autopistas bordean los pueblos y ciudades por medio de circunvalaciones, pero nunca atraviesan un núcleo urbano.
Hay diferencias en cuanto a la velocidad de circulación en autopistas y autovías. En las primeras, los usuarios pueden mantener la velocidad de su vehículo constante. Sin embargo, en las autovías, la velocidad es variable para garantizar la seguridad vial. Esto se debe al caso comentado anteriormente, cuando la autovía entra en un núcleo urbano se limita más la velocidad.
Los puntos en común de autovías y autopistas son los siguientes:
En resumen, y como podemos observar, las autopistas y autovías tienen más puntos en común de los que podríamos imaginar, aunque también presentan notables diferencias. Conocerlas es aprender a usarlas de forma responsable.