La revisión de los líquidos de un coche eléctrico es parte fundamental del mantenimiento de un vehículo de estas características. Si creías que tan solo los coches tradicionales contaban con este tipo de elementos, te sacamos de dudas.
Aunque tienen líquidos diferentes a los coches con combustibles fósiles, como el aceite de motor, sin ellos el vehículo eléctrico no funcionará de forma óptima y acabarás sufriendo más de un fallo que te lleve al mecánico. Toma nota de cuáles tienes que revisar para disfrutar de todas las ventajas de los coches eléctricos.
Existen diferentes fluidos a los que prestar atención en tu coche eléctrico. Algunos coinciden en el nombre con los líquidos de los coches tradicionales, pero otros son específicos de los vehículos que funcionan con electricidad. Ten en cuenta estos que te comentamos a continuación para asegurar que la vida útil de tu vehículo se extiende por muchos años.
Se trata de un elemento fundamental del sistema de frenado del coche. Se encarga de transmitir la fuerza que ejerces al pisar el pedal y contribuye a detener la rueda. El líquido se va desgastando con el tiempo y pierde gran parte de sus capacidades, por ello es crucial que lo revises. Su efectividad puede disminuir un 20 % en solo dos años, lo que hará menos fiable la frenada.
Si no lo cambias, acabará por no hacer ningún efecto y frenar será cada vez más difícil. Esto te llevará a perder capacidad de reacción y te expondrá a mayores riesgos de sufrir un accidente.
Se encarga de mantener una temperatura óptima en el motor y en los componentes electrónicos del vehículo, como es el caso de las baterías. Hay algunos modelos que requieren de hasta 20 litros de refrigerante. Por suerte, no tienes que cambiarlo a menudo, pero sin él tu coche acabará por sufrir averías graves. El motor se calentaría constantemente y las baterías quedarían inservibles.
Es, probablemente, uno de los líquidos que más pasa desapercibido y algunas personas solo se percatan de que está en mal estado tras años de no usarlo. Sin embargo, es un líquido que debes reponer con asiduidad y que te ayuda a mantener limpio el cristal delantero. Una mala visibilidad va a afectar por completo a tu conducción, la cual será menos precisa.
Procura utilizar siempre productos específicos y no sustitutos como el agua corriente o un producto limpiacristales. Estos últimos pueden atascar los conductos que lo transportan y no limpiarán el cristal como es debido.
Este aceite se encarga de garantizar una fricción adecuada, transmitir hidráulicamente el par en el convertidor y lubricar la caja de cambios. Un aceite de transmisión de baja calidad (o su falta) irá desgastando los componentes de la transmisión hasta que queden inservibles, lo que te impedirá cambiar de marchas. Procura revisar cuál es el adecuado para tu vehículo, aunque en principio no será necesario cambiarlo frecuentemente.
Este es un gas que modifica su estado y pasa a ser líquido con relativa facilidad, lo que permite refrigerar el aire y luego distribuirlo por todo el vehículo. Sin su acción, el sistema de climatización dejaría de funcionar y serías incapaz de regular la temperatura del habitáculo de conducción. Imagínate no poder enfriarlo en plena ola de calor. Así que revisa cuál necesita tu vehículo para conseguir las mejores prestaciones posibles. Aunque eso sí: por fortuna, no será necesario que lo cambies.
Estos son los líquidos del coche eléctrico más importantes. Mantenerlos en buen estado es fundamental para que tu vehículo funcione en perfectas condiciones. De lo contrario, acabarás por sufrir diferentes averías, algunas de las cuales serán caras de resolver. Un cambio a tiempo te ayudará más de lo que crees, incluso en el caso del limpiaparabrisas.
