Hay distintos niveles de conducción autónoma en función de la intervención humana que necesite cada vehículo. Y es que la conducción autónoma es una posibilidad que ya están implementando los principales fabricantes de automoción con el objeto de minimizar los márgenes de error humano.
Los cálculos que hace la Unión Europea son elocuentes: el 95% de los accidentes de tráfico parten de un error humano. Por eso, las empresas y la Administración ya trabajan pensando en 2030 como fecha de referencia para el vehículo autónomo o sin conductor.
Describimos los principales niveles de conducción autónoma y te explicaremos cuál es la participación del ser humano en cada uno de ellos.
Los niveles de conducción autónoma son progresivos en función del grado de automatización. El nivel 0 es el menos automático, y la figura del conductor es esencial. Pero el nivel 5 permite un mayor grado de automatización, estando los sistemas automatizados totalmente. El futuro está asociado a prescindir del humano como conductor.
Este es el nivel clásico de conducción que conocemos y el único hasta hace pocos años. La idea es que el conductor toma todas las decisiones en la dirección del vehículo y tiene que mover pies y manos para ello. Cuando nos sacamos el carnet de conducir nos enseñan a conducir bajo esta premisa y es lógico que sea así para poder responder ante diversas situaciones.
El nivel 0 está directamente relacionado con la sociedad analógica. No en vano, has de recordar que sin internet la automatización era más difícil y la mayoría de las cuestiones se relacionaban con aspectos puntuales como la caja de cambios.
El nivel 1 ya supone una cierta automatización de funciones para que te resulte más fácil conducir. Los dos aspectos más importantes que se incluyen son la alerta por cambio de carril involuntario y el control de velocidad de crucero o temporizador.
Estos elementos están concebidos para la conducción en autopista, donde podemos recorrer varios kilómetros sin movernos apenas. Ambos elementos te permitirán descansar un poco del volante o de pisar constantemente el acelerador. Ahora bien, tienes que mantenerte atento para dirigir el vehículo.
Los elementos de conducción autónoma de nivel 1 ya se ofrecen en la mayoría de vehículos nuevos de gama media. Si quieres comprar un coche, es muy probable que ya se incluyan este tipo de accesorios para facilitar la conducción.
El nivel 2 o automatización parcial implica un grado mayor de autonomía porque, por ejemplo, vas a poder aparcar sin necesidad de intervenir. Otra de las posibilidades que puedes encontrar es el control de crucero adaptativo, que puede adaptar la velocidad al entorno de la circulación. Esto supone que determinadas funciones de frenado o aceleración sean autónomas.
Esta es una mayor evolución porque se controlan la dirección y la velocidad. Aquí ya existe la posibilidad de realizar una acción de oficio gracias a sensores que detectan los obstáculos encontrados en el trayecto. La gran ventaja de este tipo de elementos es que vas a reducir exponencialmente tus riesgos.
Hoy ya puedes encontrar vehículos nuevos que ofrecen sistemas de conducción autónoma de nivel 2, como el Mercedes-Benz Clase E.
El nivel 3 de conducción supone un salto cualitativo porque, en este caso, el sistema automático del vehículo ya actúa de oficio tomando decisiones de conducción. Es posible que se dé el caso de que, a veces, el sistema de conducción autónoma del vehículo tome decisiones que debería tomar el conductor cuando se despista.
Ahora bien, hay una premisa que se tiene que cumplir en este tipo de vehículos, y es que el conductor ha de poder recuperar y tomar el control en todo momento en caso de fallo del sistema. El nivel 3 de conducción autónoma no es aún permanente.
El proyecto es que a partir de 2020 ya podamos encontrar vehículos que se comercialicen en Europa que ofrezcan esta posibilidad para mejorar la conducción, sobre todo en retenciones. Casos paradigmáticos son el del Audi A8 o el del Model S de Tesla.
El nivel 4 también supondrá un salto cualitativo con respecto a lo que estamos acostumbrados hasta ahora. La idea principal es que la mayoría de las funciones estén automatizadas y que el conductor sea prescindible, aunque cuente con el mismo espacio y con todos los mandos.
Con este nivel de autonomía, la conducción pasaría a ser una opción en lo esencial. Eso sí, el conductor tendría que indicar cuál es su destino y la conectividad se convertirá en una condición imprescindible para alcanzar este objetivo.
El proyecto de implementación de la conducción autónoma de nivel 4 tiene como umbral de referencia el año 2030. La mayoría de los grandes fabricantes ya están probando prototipos que puedan cumplir en un futuro próximo esta función.
La conducción automatizada de nivel 5 es, de momento, una quimera para los turismos, ya que todas las funciones las realizaría el vehículo. Sí es cierto que algunos fabricantes como Volkswagen ya están preparando taxis autónomos, pero de momento no existe esta posibilidad para particulares.
El principal aspecto de este tipo de conducción que has de conocer es que desaparecería el rol del conductor tal y como lo conocemos. No en vano, ya no sería necesario que hubiese un habitáculo específico para dirigir el movimiento del vehículo. Este aspecto es el que está llamado a revolucionar por completo el automovilismo y es el objetivo final de la mayoría de las empresas de automoción.
La previsión de la Unión Europea es que este tipo de vehículos ya se puedan comercializar a partir del año 2030, cuando se desarrollen todas las autorizaciones.
Los distintos niveles de conducción autónoma son la pauta que tienen que conocer los automovilistas para aprovechar las posibilidades que ofrece el mercado. La pauta general es introducir los primeros niveles de automatización en vehículos nuevos y que, en 2030, el 40% de los coches que se comercialicen en España ya cuenten con algún sistema.
