¿Sabes cuál es la diferencia entre parar o estacionar? Esta es una duda muy frecuente entre los conductores, y es importante tenerlo claro para no cometer una infracción. Son dos conceptos que tienen algo en común (el vehículo no avanza), pero algunas diferencias relevantes que hacen que no sean lo mismo. Cada situación es distinta y tiene unas indicaciones específicas que, si no respetas, pueden suponer una multa de la Dirección General de Tráfico (DGT). En los casos más graves, puede que incluso la grúa se lleve el coche.
Cuando paras el vehículo, es una maniobra que haces por decisión propia. Es decir, no se considera una parada cuando detienes el coche porque hay un atasco, por ejemplo. Para que pueda ser considerada como tal, debe durar menos de dos minutos. Lo más relevante es que el conductor no puede abandonar el vehículo. Por lo tanto, la parada se hace para recoger o dejar pasajeros, siempre sin obstaculizar la circulación.
Cuando pasan más de dos minutos y, además, el conductor sale del coche, se considera estacionar. Como resultado, el estacionamiento supone la inmovilización de un vehículo que no está en situación de detención o parada.
¿Y qué se considera detenerse y no estacionar? En este caso, no lo haces por voluntad ni decisión propia, sino por necesidad de la circulación, por una situación de emergencia o por necesidades de la normativa. Es una interrupción para luego seguir con la marcha. Esto ocurre, por ejemplo, cuando te detienes en un semáforo o en un STOP.
El artículo 94 del Reglamento General de Circulación especifica todos los lugares en los que está prohibido parar o estacionar. Es importante que como conductor los conozcas para cumplir con la norma y velar por tu seguridad vial y la del resto de usuarios de la vía.
Ahora que conoces las diferencias entre parar o estacionar y sabes en qué lugares está prohibido realizar ambas maniobras, debes cumplir la normativa. Ten en cuenta también las multas por mal estacionamiento para evitar cometer esta infracción.