
El riego asfáltico es esencial a la hora de desarrollar una carretera. Sin estas capas, circularías por pistas poco estables y sin una buena adherencia. De este modo, las infraestructuras de todo un país serían pobres y de una eficiencia baja. Los viajes que realizaras no resultarían especialmente cómodos, tardarías más en alcanzar tu destino y los neumáticos de tu vehículo sufrirían. Pero ¿qué sabes de este proceso y su importancia para construir un firme?
Consiste en la distribución mediante rociado de la emulsión asfáltica, que es una mezcla bituminosa. Esta tiene que ser lo más uniforme posible para evitar huecos en el resultado final. Además, se efectúan diferentes capas sobre una base, lo que permite afianzar la estructura de la carretera. Para efectuar esta labor, se utiliza un camión regador provisto de una bomba y diseñado para este trabajo.
La bomba del regador es capaz de lanzar la emulsión con la debida uniformidad. Así, los trabajos se realizan de forma sencilla y en el menor tiempo posible. También contribuye a reducir el gasto de material, ya que solo aplica la cantidad estrictamente necesaria.
Hay que tener en cuenta que la aplicación de los riegos está condicionada por las condiciones meteorológicas. No deben realizarse si la temperatura ambiente es inferior a 10 ºC o si hay riesgo de precipitaciones.
En la construcción de firmes se pueden emplear dos tipos distintos de capas bituminosas: los tratamientos superficiales (como los riegos con o sin gravilla, y las lechadas bituminosas) y las mezclas bituminosas. Nos centraremos en los tres tipos de riegos asfálticos sin gravilla, que consisten en la extensión uniforme de una delgada película de ligante bituminoso.
El riego de imprimación se trata de la aplicación de un ligante bituminoso sobre una capa granular. Es el paso previo a la extensión de una capa bituminosa encima. Al actuar de este modo, se consigue que ambas capas trabajen de forma conjunta. Además, es un tratamiento auxiliar para la construcción de carreteras, pero también en tareas de reforma o rehabilitación de firmes.
A la hora de efectuar la imprimación bituminosa, se utiliza un ligante muy fluido y de rotura lenta. Las dos emulsiones más empleadas son las siguientes: C50BF4 IMP y C60BF4 IMP.
Estas denominaciones nos dan información técnica importante: por ejemplo, en «C50BF4 IMP» la letra C indica que es una emulsión catiónica, el número 50 indica el porcentaje de ligante, B que el ligante es betún puro, F que contiene más de un 2 % de fluidificante, 4 el índice de rotura, e IMP que está destinada a imprimación.
La dotación de emulsión en estos casos debe ser capaz de ser absorbida por la capa granular en un periodo de 24 horas. Antes de aplicar el riego, se recomienda realizar un barrido y humectación de la superficie. Tras aplicar el ligante, se debe evitar el tráfico durante 24 horas. Si es necesario abrir antes, se puede extender un árido de cobertura (arena de hasta 4 mm), dejando pasar al menos 4 horas y limitando la velocidad a 30 km/h. Posteriormente, se compacta con rodillo neumático y se barre antes de colocar la capa bituminosa.

El riego de adherencia consiste en un ligante bituminoso dispuesto sobre una capa bituminosa y previo a otra. Su finalidad es la de conseguir la unión entre ambas, a la vez que mejora el comportamiento estructural de todo el firme. El material empleado destaca por ser de viscosidad reducida y por una rotura rápida. Esto favorece un mejor reparto en superficie y que se extienda a la siguiente capa en poco tiempo.
Las emulsiones bituminosas utilizadas con mayor frecuencia son estas: C60B3 ADH, C60B3 TER, C60BP3 ADH y C60BP3 TER. Todas ellas son de tipo catiónico, aquellas que cuentan con un 60 % de ligante hidrocarbonado y que poseen un índice de ruptura de tres. Asimismo, antes de utilizarlas, se efectúa un barrido enérgico de la superficie para evitar impurezas. Una vez aplicado, no debe permitirse el tráfico hasta que la emulsión haya roto completamente en toda la superficie.
En este último tipo, se aplica un ligante bituminoso sobre una capa granular. Esta se ha tratado con conglomerante hidráulico para garantizar el curado, lo que evita la pérdida de humedad que el proceso necesita. También se utiliza con el fin de proteger el firme del paso de vehículos. Por regla general, los tipos de emulsión más empleados son: C60B2 CUR y C60B3 CUR.
Estas emulsiones son catiónicas, con un 60 % de ligante hidrocarbonado. El índice de rotura 2 o 3 indica su velocidad de rotura, siendo más rápida cuanto menor es el número. Tiene que usarse tanto ligante como para crear una película continua, uniforme e impermeable. Para esto, se utilizan cantidades de entre 300 y 800 gramos por metro cuadrado.
El riego de curado debe aplicarse justo después de la compactación de la capa inferior, y nunca más tarde de tres horas. Si se requiere tráfico sobre él, debe aplicarse árido de cobertura (arena) en dotación de 4 a 6 l/m², seguido de compactación con rodillo neumático. Antes de abrir al tráfico o aplicar una nueva capa, debe realizarse un nuevo barrido. Si la siguiente capa es bituminosa, se aplicará un riego de adherencia entre ambas.
En definitiva, el riego asfáltico es esencial para la construcción de una carretera. Como has visto, cumple diferentes objetivos durante el proceso. Ya sea unir dos capas o mejorar la adherencia, su uso es indispensable para conseguir unos buenos resultados. Así, circulas sin problemas para llegar a tu destino con seguridad.