La mayoría de las personas cree en la obviedad de que el agua es solo agua y que no existen diferentes tipos de agua. No existen muchos matices a esta afirmación más allá de con gas o sin gas, fría o del tiempo, del grifo o embotellada. Si lo miramos desde el punto de vista de la protección contra incendios, se abre un abanico de opciones.
Antes de hablar de tipos de agua debemos hablar del fuego. Para que se produzca una combustión y dé origen a un incendio, es indispensable que existan 3 factores: combustible, oxígeno y calor. Visualmente podemos agrupar estos factores en lo que se llama el triángulo del fuego.
En cuanto se anule uno de los 3 factores, el fuego se detiene. Por esto cualquier medio de extinción de incendios tiene que atacar a uno de ellos. El agua actúa sobre este triángulo en dos de sus elementos.
El proceso de “robo” de calor o enfriamiento se puede realizar de forma más o menos eficiente en función del tamaño de las gotitas lanzadas a la combustión:
Atendiendo a este tamaño de gota, que se mide en micrómetros, tendremos 3 tipos de agua en la lucha contra incendios.
Como podemos observar, existen diferentes tipos de agua para ayudarnos en la lucha contra los incendios. Lo que no debemos olvidar, es que para acabar con un incendio, debemos anular uno de los tres factores que hacen posible la llama.